Ralph Waldo Emerson fue el ensayista y filósofo estadounidense más destacado del siglo XIX. Nació el 25 de mayo de 1803 en Boston, Massachusetts. Se formó en la Boston Latin School, seguido por la Universidad de Harvard (de la que se graduó en 1821) y la Harvard School of Divinity. Estudió teología, griego, latín, historia y retórica. Fue licenciado como ministro en 1826 y ordenado a la iglesia unitaria en 1829.
Emerson se casó con Ellen Tucker en 1829. Cuando ella murió de tuberculosis en 1831, él se encontraba muy afligido. Su muerte, sumada a su propia crisis de fe reciente, hizo que renunciara al clero en 1832. Ese mismo año Emerson viajó a Europa. Cuando regresó a casa en 1833, comenzó a dar conferencias sobre temas de experiencia espiritual y vida ética. Se mudó a Concord, Massachusetts, en 1834 y se casó con Lydia Jackson en 1835.
Emerson fue parte del grupo de filósofos estadounidenses conocidos como Los Trascendentalistas. Entre los ensayos más famosos de Emerson, se destacan «El erudito estadounidense», «Autoconfianza» y «Amistad».
Emerson murió el 27 de abril de 1882 en Concord. Sus creencias y su idealismo fueron fuertes influencias en el trabajo de su protegido Henry David Thoreau y su contemporáneo Walt Whitman, así como muchos otros. Sus escritos se consideran documentos importantes de la literatura, la religión y el pensamiento estadounidenses del siglo XIX.
Su obra
Obras y año de publicación
1836: Su primer libro, Nature.
1841: Ensayos publicados (contiene "Autosuficiencia", "El Alma Suprema", "Círculos", "Historia").
1844: Ensayos, Segunda Serie publicada (contiene “El Poeta”, “Experiencia”, “Nominalista y Realista”).
1850: Representantes de hombres (ensayos sobre Platón, Swedenborg, Montaigne, Goethe, Napoleón).
1856: English Traits
1860: The Conduct of Life (contiene "Cultura" y "Destino").
1870: Sociedad y Soledad. Presenta dieciséis conferencias en el Departamento de Filosofía de Harvard.
Comenzó su carrera como ministro unitario en Boston, pero alcanzó fama mundial como conferenciante y autor de exitosos ensayos. Influyó en generaciones de estadounidenses y europeos, tales como Friedrich Nietzsche, quien retoma temas emersonianos como el poder, el destino, los usos de la poesía y la historia y la crítica del cristianismo.
En la década de 1830, Emerson dio conferencias que luego publicó en forma de ensayo. Estos ensayos, particularmente «Naturaleza» (1836), encarnaban su filosofía recientemente desarrollada. «The American Scholar», basado en una conferencia que dio en 1837, alentó a los autores estadounidenses a encontrar su propio estilo en lugar de imitar a sus predecesores extranjeros.
La década de 1840 fueron años productivos para Emerson. Fundó y coeditó la revista literaria The Dial, y publicó dos volúmenes de ensayos en 1841 y 1844.
Abogó por la abolición de la esclavitud y continuó dando conferencias en todo el país durante la década de 1860. Ya en la década de 1870, el viejo Emerson era conocido como «el sabio de Concord». A pesar de su mala salud, continuó escribiendo.
«En los bosques recobramos la razón y la fe»… «En los bosques me parece que nada malo puede sucederme en la vida, ninguna desgracia, ninguna calamidad que la naturaleza no pueda reparar. Sobre la tierra desnuda -bañada la cabeza por el aire dichoso y alzada hacia el espacio infinito- se desvanece todo rastro de egoísmo mezquino (...). Soy el amante de una belleza incontenible e inmortal». «Naturaleza».
R. W. Emerson. Nórdica, 2020.
Un lector atento puede sentir que hay diferencias importantes entre el Emerson temprano y el tardío. Sin embargo, a pesar de las notables diferencias de tono y énfasis, la evaluación de Emerson de nuestra condición sigue siendo la misma en todos sus escritos.
Emerson leyó mucho y dio crédito en sus ensayos a las decenas de escritores de quienes aprendió. Mantuvo listas de pensadores literarios, filosóficos y religiosos en sus diarios y trabajó para clasificarlos. En una ocasión, Walt Whitman le pidió opinión sobre “Hojas de hierba”; Emerson le respondió con una carta de alabanza de cinco páginas.
Emerson leyó con avidez la filosofía hindú, y el confucianismo, la física de Newton y las nuevas ciencias de la geología y la anatomía comparada. Entre los escritores más importantes para la configuración de la filosofía de Emerson se encuentran Platón, Anaxágoras, San Agustín, Francis Bacon, Jacob Behmen, Cicerón, Goethe, Heráclito, Lucrecio, Mencio, Pitágoras, Schiller, Thoreau, August y Friedrich Schlegel, Shakespeare, Sócrates, Madame de Staël y Emanuel Swedenborg.
Las obras de Emerson eran bien conocidas en los Estados Unidos y Europa en su época. Nietzsche leyó traducciones alemanas de los ensayos de Emerson, copió pasajes de "Historia" y "Autosuficiencia" en sus diarios y escribió sobre los Ensayos: que nunca se había "sentido tan a gusto en un libro".
En los «Poemas», Emerson celebra la existencia de lo sublime en lo humano y en la naturaleza. Combinando la intensidad de los sentimientos con su famoso idealismo, los poemas de Emerson revelan un lado conmovedor e íntimo del hombre venerado como el Sabio de la Concordia.
La educación según Emerson
Los temas principales de la filosofía de Emerson son: educación, proceso, moralidad, cristianismo, poder, unidad y estados de ánimo.
Queremos destacar el tema de la educación. Emerson sostiene que el académico se educa por la naturaleza, los libros y la acción. La naturaleza es la primera en el tiempo (ya que siempre está ahí) y la primera en importancia de las tres.
Los libros, segundo componente de la educación del académico, nos ofrecen la influencia del pasado. Sin embargo, sostiene que mucho de lo que pasa por educación es una mera idolatría de los libros. La relación adecuada con los libros no es la del "ratón de biblioteca" o el "bibliomaníaco", sino la del lector "creativo" que usa los libros como estímulo para lograr "su propia visión de los principios". Bien usados, los libros “inspiran… el alma activa”.
El tercer componente de la educación del académico es la acción. La vida es el "diccionario" del erudito. El verdadero erudito habla por experiencia, no imitando a otros; sus palabras, como dice Emerson, están "cargadas de vida."
El "secreto de la educación", afirma, "radica en respetar al alumno". No le corresponde al maestro elegir lo que el alumno sabrá y hará, sino que el alumno descubra "su propio secreto". Por tanto, el maestro debe “esperar y ver el nuevo producto de la naturaleza”, guiando y disciplinando cuando corresponda, no con el objetivo de fomentar la repetición o la imitación, sino con el de encontrar el nuevo poder que es el don de cada niño para el mundo. El objetivo de la educación es “conservar” la naturaleza del niño y “dotarlo de conocimientos en la misma dirección en la que apunta”. Este objetivo se sacrifica en la educación masiva, advierte Emerson.
Cuando Emerson habla del poder lo relaciona también con la educación, ya que considera que el verdadero poder es más artístico e intelectual que político o militar.
Los trascendentalistas estadounidenses
Emerson se hizo conocido como la figura central de su grupo literario y filosófico, conocido como los trascendentalistas estadounidenses. Estos escritores compartieron una creencia clave de que cada individuo podría trascender o moverse más allá del mundo físico de los sentidos hacia una experiencia espiritual más profunda a través del libre albedrío y la intuición. En esta escuela de pensamiento, el dios del Cristianismo no era remoto e incognoscible. Los creyentes entendieron a su dios y a sí mismos al mirar sus propias almas y al sentir su propia conexión con la naturaleza.
Le otorgaron un sentido filosófico, poético y espiritual a los bosques, los ríos, las montañas, la flora y la fauna silvestres. Nadie posee el título de propiedad de la naturaleza, dice Ralph Waldo Emerson. Al contrario, la naturaleza nos dice: «Sois mis criaturas y, a pesar de todas vuestras impertinentes molestias, conmigo estaréis contentos».
Es Emerson quien siembra la semilla para «una relación original con el universo» que acabaría por convertir la naturaleza en objeto de protección. Los trascendentalistas consideran que el alma de cada individuo es idéntica al alma del mundo y, por lo tanto, atesora todo lo que el mundo contiene.
El “eterno problema” de la filosofía, según Emerson, estriba en la relación entre el espíritu y la materia. Lo resuelve como idealista objetivo: “La naturaleza es el símbolo del espíritu”. En el mundo existe por doquier la belleza, cuyos rasgos fundamentales son la armonía, la perfección y la espiritualidad. “La creación de belleza es arte”.
«La naturaleza produce satisfacción solo con su hermosura, sin atisbo alguno de beneficio corporal. Contemplo el espectáculo de la mañana desde la cima de la colina frente a mi casa, desde el despuntar del día hasta la salida del sol, con una serie de emociones que podría compartir un ángel (...). Dadme buena salud y un solo día, y dejaré en ridículo toda la pompa de los emperadores. El alba es mi Asiria; el crepúsculo y la salida de la luna, mi Pafos y mis imaginables reinos de las hadas».
-Emerson-
Fuentes:
Ralph Waldo Emerson, Enciclopedia de Filosofía de Stanford.
Ralph Waldo Emerson, Biblioteca Digital Mundial.
Los Mejores 6 Libros de Ralph Waldo Emerson.
Todos somos criaturas de la naturaleza, ABC.es