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Hay heridas de vermut

Actualizado: 1 ene 2022


Ellos:

Hemos sido rechazados por el mundo,

por el mismo mundo

que le pone una corona de alabanza

a la mediocridad

y condena a los incomprendidos virtuosos

al rincón del abandono.

¡Cuán amargo es despertar en las mañanas

con la vida malgastada

de tanto y tanto luchar!



Pero tú, mi perversa Dama de Vermut,

no estás sola en el espejo,

aquí estoy para endulzar

tus amargas pesadumbres en el tártaro.



No maldigas ese amor que echó raíces en tu alma.

Ya no sigas cultivando tanta oscuridad

en el huerto abandonado de tu pecho.

Deja que florezca allí el olvido

y mañana volverán los ruiseñores desde el norte

con mil voces nuevas para enamorarte.



No maldigas el enigma

con que se vestía su voz añil

de divino encantamiento

ni el efímero placer de sus caricias adictivas.

Ya no sigas profanando los altares

de tu verso inmaculado

invocando ese pasado de titanes y desgracias.

Aunque estés encadenada al inframundo,

no maldigas a ese amor que echó raíces en tu alma.



No maldigas a los dioses imperfectos del Olimpo

que tenía él en su mirada

ni a la mítica ciudad

de la legendaria Edad de Oro

que surgía solo al verlo.

No maldigas al poder afrodisíaco de sus abrazos.

No maldigas a ese amor

que aún abrigas en silencio.



Tus palabras lo maldicen,

pero sabes que en el fondo de tu alma

condenada y victoriosa,

donde nadie puede oírte,

solo pides plenitud del cielo para él.



Mi perversa Dama de Vermut,

no maldigas ese amor que echó raíces en tu alma.

No estás sola en el espejo.

Aquí estoy para endulzar

tus amargas pesadumbres en el tártaro.



La Dama de Vermut:

Puedo contarte la historia más punzante de este mundo,

contarte cómo él encadenó mi alma

a sus ojos infinitos

sin brindarme

una sola gota de su amor.

Contarte cómo yo moría de sed

durante más de siete largos años

en la desolada fosa

de su cruel indiferencia,

contarte cómo yo me lastimé la vida tantas veces

al pensar que en algún tiempo

él me llegaría a amar.



Le escribí poemas

venerando su mirada invencible

y sus labios de cereza y fuego.

Le escribí dejando mi alma desgarrada en cada verso,

pero el mundo nunca vio la dulce muerte

escondida en las figuras literarias

que por él yo diseñé.

Nunca vio mi cielo delirando.

Solo yo sufrí mis siete vidas

contemplando el sol de mis mañanas de diamante disiparse.

No hay más esplendor en estas calles

sin el ritmo de su caminar,

sin sus buenos días con sabor a spanish coffee .



Ya no hay más claveles rojos en España,

no hay claveles que perfumen

el crepúsculo de hielo y de desolación

que golpea el mes de marzo.

El silencio es el aroma despiadado de las calles.

Hay heridas de vermut ,

de amor y de muerte

en el vasto cielo de Madrid,

hay heridas en el alma

que no dejan de sangrar.



Lo maldigo

para no escuchar mi sangre cuando grita.

Lo maldigo

para que se calmen los demonios

que engendramos en el cielo

de las fábulas eternas.

Pero, cada vez que lo maldigo,

me maldigo yo también.

Cada vez que lo maldigo,

me condeno a venerarlo

desde la profundidad del inframundo,

separada de la tierra,

de los mares,

de los cielos,

del aroma de café de su mirada.



Estoy sola en el espejo.

No hay reflejo que me pueda confortar.

Doblemente condenada estoy.

Condenada estoy por él,

condenada estoy por ser

esa cosa ilimitada que existió primero.




La Dama de Vermut

 

[1] Spanish Coffee: Coctel cuyos ingredientes son: Licor 43, café, crema fresca batida. Lo encuentras en @almacocteleria


[2] Vermut: Es un vino fortificado con sabor a botánicos, como raíces y cortezas, hierbas y flores. Lo encuentras en @almacocteleria


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